martes, octubre 12

 

Día tedio. Tengo abierta la ventana y veo el cielo, está blanco; linda pintura. El viento es fresco, huele a agua y es agradable. Pienso en Céfiro montándoselo con dos cortesanas entre las nubes, acto seguido pienso en un campo de tomates dorándose sobre las brasas de una barbacoa. Necesito salir de aquí. Quisiera tumbarme en la hierba, mascar alguna rama de eucalipto, beber vino, comer carne, quedarme dormido. Sin embargo, no puedo ir a ninguna parte con este pie vendado. No puedo caminar. No puedo tomar un coche y perderme en la montaña. Y que se dejen todos de estupideces, la imaginación no me sirve, me deja ansioso, es la fruta en las narices sin poder hincarle el diente. La imaginación acaba mutilándole a uno. Ya tendré tiempo de imaginar la vida, de recordarla, en la vejez, peut-être, en los momentos en que esté soñador y prefiera inventar las cosas. Por ahora, quiero palpar el mundo, me gusta hacerlo, no quiero sucedáneos. Tomo naranjas en la terraza, Django Reinhardt y haschisch, tortel de nata, Yves Montand y crema colgate, Van Morrison, café, semillas. Escribo para acercar lo de afuera. Es un acto de propiedad. Cada mañana una lucha para ganar terreno, para quedarme cansado y vencer este insomnio.

_____________________________________________________________________________________________


This page is powered by Blogger. Isn't yours?