martes, diciembre 14

 

A todo chancho le llega su sábado

El juez Juan Guzmán reabre las diligencias del proceso contra Pinochet por la muerte de varios opositores. Se escabulló de ser juzgado por la Caravana de la Muerte. Se escabulló por estar enfermo, viejo chocho, sátrapa odioso. Ahora, aunque el facultativo de la defensa se empeña en declararle un desecho neurológico –no me cabe duda alguna–, otros médicos más realistas certifican la capacidad del ex-dictador para comprender, discriminar y defenderse de los cargos. Ya llega. Ya llega. Aunque la mejor condena para este perro fuera verle caminar por la calle con las pantuflas puestas y una bata roída, oliendo a porquería, imprecado, señalado y aquejado de miradas alegres con su indigencia y su fatiga, los niños rodeándole en las esquinas y bromeando con su demencia, pobrecito, en otros tiempos fue un general muy digno y bravo, mírale ahora, viejo loco con perfume a basura y sangre seca.

No me disculparé por falta de piedad. Abran una pasarela: caravana de reyes relevados, míseros patriarcas vestidos con trapos. Hijo de puta. No morirás sin ser abucheado.

David Douglas Duncan


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